Con el uso generalizado de vehículos aéreos no tripulados (UAV) en el ejército, la seguridad, la logística y otros campos, la demanda de su protección está creciendo. Especialmente en escenarios de alto riesgo, como el reconocimiento del campo de batalla, las patrullas fronterizas y las operaciones antiterroristas, los UAV pueden enfrentar amenazas de balas, fragmentos o entornos duros. Aunque los escudos de metal o compuestos tradicionales pueden proporcionar protección, a menudo aumentan el peso, afectan el rendimiento del vuelo y no son adecuados para piezas que requieren transparencia óptica (como los escudos de la cámara).